EL DESHIELO DE VÉTERHUEIL 1880
EL DESHIELO DE VÉTEHUEIL
óleo sobre lienzo 60 x 100 cm
Madrid, Museo Thyssen Bornemiza
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«Bergson en su filosofía, Proust en su novela, Monet en sus series están obsesionados por la idea de que ni nuestro ser ni las cosas permanecen semejantes a sí mismas, de que no se mantienen intactas en su identidad: cada segundo nuevo les aporta una modificación que transforma su propia naturaleza», escribía René Huyghe para explicar la nueva valoración dada al paso del tiempo a finales del siglo xix y que tanta importancia tuvo para el desarrollo del arte de Monet y de los impresionistas. El impresionismo fue el primer movimiento artístico moderno en percatarse de la dificultad que tenía el arte para captar las condiciones cambiantes de la realidad. Consciente de este problema, Monet comenzó a pintar repetidamente temas similares bajo condiciones atmosféricas diferentes, para dar testimonio de las mutaciones que sufrían a causa de la luz y del tiempo.
El deshielo en Vétheuil pertenece a una serie de diecisiete óleos que el artista pintó sobre el momento del deshielo del Sena tras las grandes heladas del invierno de 1879. Los meses de diciembre de 1879 y enero de 1880 fueron tan fríos que París y sus alrededores se vieron prácticamente paralizados por las numerosas nevadas y las fuertes heladas, provocadas por las temperaturas anormalmente extremas.
El Sena a su paso por la pequeña localidad de Vétheuil , situada a sesenta kilómetros al norte de la capital francesa, donde el pintor vivía entonces, se heló en su totalidad. Monet, que siempre manifestó un vivo interés por la representación efímera y cambiante del agua, se proponía representar el momento en que, con la subida de las temperaturas, el hielo se quebraba en pedazos que eran arrastrados por la corriente río abajo. Su vecina y futura compañera Alice Hoschedé explicaba muy gráficamente este fenómeno en una carta a su marido, que se encontraba en París: «Me despertó un gran estruendo, como el trueno de una tormentaMe. dirigí a la ventana y en vez de oscuridad podíamos ver las masas blancas descendiendo precipitadamente. Era el deshielo, el verdadero deshielo» .
Todos los cuadros de la serie evidencian la predilección de Monet por los planos horizontales. En estos lienzos utilizó formatos especialmente alargados para enfatizar aún más la dominante horizontal de las composiciones, sólo interrumpida por las verticales de los arbustos y los árboles y su correspondiente reflejo en las aguas. El artista saca un gran partido a la vaguedad de la visión a través de unas pinceladas sueltas y rápidas y una paleta reducida para exagerar la austeridad del paisaje de aquel invierno, que se calificó de siberiano, y consigue, como no había hecho hasta entonces, representar un ambiente invernal que transmite sentimientos de abandono y melancolía. El silencio y la quietud que transmiten estas pinturas hacen pensar en la tristeza del artista tras la reciente y prematura muerte de Camille, su mujer.
En el catálogo razonado del artista la obra está fechada en 1880, e incluida entre las probablemente vendidas por Monet a Durand-Ruel en febrero de 1881 . El hecho de que el lienzo esté firmado y fechado en 1881 puede deberse a que, como en otras ocasiones, la firma se añadió en el momento de ser vendida, o bien a que Monet no la pintó frente al motivo, sino, tiempo después, en su taller
Tamara Tamaral
27 -10-2014
Bibliografia : Colección : Museo Thyssen - Brnemizsa
Monet, Edit Bibloteca El Mundo
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