CIENCIA Y CARIDAD 1897
No hay un dibujo previo sobre la tela; el pintor realizó una serie de bocetos preparatorios que ahora, gracias a la radiografía que evidencia las numerosas correcciones que hizo el pintor, es posible situar cronológicamente. Se ve claramente que la cara del médico no tiene ninguna, ya que no era otro que su padre, a quien había pintado numerosas veces. El niño que sostiene la monja, sin embargo, que según su amigo Sabartes era el de una mendiga del barrio, cambia de posición. La cara de la enferma es la más trabajada.
No fue Ciencia y caridad la última de las pinturas academicistas destinadas a los concursos oficiales, pero sí la última que para el precoz adolescente tuvo algún interés, como lo demuestra el hecho de que guardara para sí uno de los bocetos e incluso se fotografiara con él, en Mugins, en 1970. Las dos siguientes, o han desaparecido o fueron utilizadas como lienzos para otras obras, como es el caso de Últimos momentos sobre la que Picasso pintó La vida en 1903.
Era la época del realismo social del que Emile Zola era abanderado, y que hizo furor en toda Europa. Más concretamente, Ciencia y caridad se enmarca en el subgénero de la pintura hospitalaria, muy en boga en la última década del XIX, que en el contexto de referente moral que se le exigía a la gran pintura, reúne los valores científicos de la Medicina con la vocación de entrega de las órdenes religiosas.
No fue Ciencia y caridad la última de las pinturas academicistas destinadas a los concursos oficiales, pero sí la última que para el precoz adolescente tuvo algún interés, como lo demuestra el hecho de que guardara para sí uno de los bocetos e incluso se fotografiara con él, en Mugins, en 1970. Las dos siguientes, o han desaparecido o fueron utilizadas como lienzos para otras obras, como es el caso de Últimos momentos sobre la que Picasso pintó La vida en 1903.
Era la época del realismo social del que Emile Zola era abanderado, y que hizo furor en toda Europa. Más concretamente, Ciencia y caridad se enmarca en el subgénero de la pintura hospitalaria, muy en boga en la última década del XIX, que en el contexto de referente moral que se le exigía a la gran pintura, reúne los valores científicos de la Medicina con la vocación de entrega de las órdenes religiosas.
Tamara Tamaral
2-11-2014
Bibliografía : Museo Picasso, Barcelona
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