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A su llegada a Arles en febrero de 1888 buscando el Japón del sur, Van Gogh apenas se relacionó con los habitantes de la ciudad por lo que sus modelos serán los diferentes objetos que encuentra a su alrededor. Una vez más, sus zuecos protagonizan una obra, en sintonía con lo que había hecho en París y Nuenen. Deseaba recoger en sus lienzos sus propios objetos, expresándose a través de ellos, cambiando radicalmente el concepto de naturaleza muerta típica del Barroco
. El par de zapatos está visto desde una perspectiva alzada, en diagonal, sobre una superficie amarilla. Unas líneas oscuras, firmes y seguras, forman los contornos, siguiendo el estilo de su amigo Bernard. El color es aplicado con maestría, empleando una pincelada a base de pequeñas comitas. Las tonalidades amarillas - las favoritas de Vincent - van ocupando un mayor peso en sus trabajos para convertirse en las estrellas de su producción.
Tamara Tamaral
14 septiembre 2022
Bibliografia : Artehistoria
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